La gran aplicación de la sinergia se da en el ámbito de las relaciones humanas en la empresa. Hoy en día este término está orientado a crear un marco conceptual para todo lo que es el trabajo en equipo.
Un sistema es un conjunto de elementos articulados ente sí, que lleva a cabo una función a través del procesamiento de recursos. Los sistemas tiene muchas características: orden, jerarquía y división de las tareas; pero más allá de las que son propias de su modo de organización, existen otras relacionadas con su efectividad, como la sinergia, la autorregulación y la capacidad de control y aprendizaje.
La sinergia, aunque se trata de un concepto complejo, se pude definir como la cohesión que hay entre las partes de un sistema, es decir, mientras más cohesión haya, más efectividad. La autorregulación, u homeostasis, tiene que ver con el establecimiento de los procesos y el ajuste del sistema, para alcanzar los objetivos propuestos. Por su parte, la capacidad de control y aprendizaje que tenga un sistema sobre sí mismo le permitirá tomar decisiones adecuadas y realizar acciones pertinentes para su buen desempeño y evolución.
Características que cobran gran relevancia en el ámbito de la administración, toda vez que nuestras empresas son sistemas, y como tales se comportan. Así, paras que una empresa sea efectiva, no solo habrá de organizarse bien, sino que deberá tener un buen nivel de sinergia entre sus áreas, definir claramente sus procesos y flexibilizarlos, así como aprender de manera continua para llevar un mejor control.
La historia de la sinergia comienza curiosamente en el ámbito religioso usado por San Pablo en sus epístolas, refiriéndose al resultado del trabajo conjunto entre el hombre y Dios.